Instituciones y clubes de radioficionados coinciden en el descenso generalizado

02.09.2015 13:44

  • Algunos de los miembros del radio club, en la sede del colegio 'El Empecinado'.

  • Instituciones y clubes de radioaficionados coinciden en el descenso generalizado y constante del número de radioaficionados en la ciudad. En Valladolid están censados 305 radioaficionados, es decir, quienes han superado un examen y cuentan con autorización del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Son tres más que en 2014. Un aumento que no se corresponde con la realidad en una afición que está cada vez más de capa caída, según cuentan los dos principales radioclubes de Valladolid: Unión de Radioaficionados Españoles (URE) y Radio Club Cultural Gaviota.

    Valladolid es, con 305 radioaficionados, la segunda provincia de Castilla y León con mayor número de personas con identificativo, que es el código alfanumérico que reciben al superar el examen para lograr la condición de radioaficionado. Con él pueden emitir en frecuencias distintas a la de la Banda Ciudadana, el otro tipo más común y que no requiere licencia, aunque sí el abono de tasas. La primera provincia con mayor número de este tipo de usuarios es León, con 361 radioaficionados y la tercera Burgos, con 224.

    En el mismo orden se sitúan estas provincias en número de estaciones colectivas, es decir, emisoras de uso grupal o radio clubes. Cinco de León, tres de Valladolid y tres de Burgos copan la lista. En suma, la comunidad reúne 1.550 radioaficionados en 2015, cifras similares a 2014, con 1.540; y 17 estaciones colectivas, una más que el año anterior. La provincia lejos está de la cabeza de lista, Barcelona, con 2.927 radioaficionados y 29 estaciones colectivas. De hecho, se localiza en una posición intermedia; Valladolid es la provincia número 19 en orden de menos radioaficionados de un total de 52 provincias.

    En cuanto a los usuarios de Banda Ciudadana, en 2015 están vigentes 1.643 licencias individuales en la provincia de Valladolid, un número similar al de años anteriores. En 2013, por ejemplo, había 1.637 permisos en el mismo espacio.

    Fuentes de la Jefatura Provincial de Inspección de Telecomunicaciones de Valladolid confirman el descenso de los radioaficionados al margen de las cifras y, con él, del número de interferencias registradas: «Cuando había muchos radioaficionados, interferían en las frecuencias de las televisiones por la antena colectiva. Ahora ya no ocurre».

    La Unión de Radioaficionados de España (URE), una asociación civil con ámbito en toda España y más de 50 años de recorrido, testifica también que la bajada es generalizada tanto de radioaficionados como de quien emplea la Banda Ciudadana. En Valladolid, donde tienen una sede, actualmente cuentan con 78 miembros; siete menos que en 2014, doce menos que en 2013 y 16 menos en que 2012.

    Una afición que se está perdiendo debido, al menos en el caso de la URE, a la alta edad de sus seguidores y al uso de Whatsapp e Internet. No hay renovación generacional, y la necesidad de emplear la radio ya no es tal. Antes, explica un representante de la Unión de Radioaficionados, con una emisora se podía hablar con todo el mundo de forma instantánea y, a falta de otros medios tan inmediatos, era el más utilizado. «Por ejemplo para hablar con Cuba se empleaba muchísimo», explica. Ahora, con la aparición de otro tipo de medios técnicos como Internet o los móviles, la radio se convierte en prescindible.

    Desde finales del siglo XX y comienzos del XXI, quien emplea la radio lo hace generalmente por ‘hobbie’. Son amantes de la electrónica, de experimentar con las emisoras y de desarrollar sus propias antenas, explica la URE. Pero también quien quiere contactar con personas como ellos procedentes de todas parte del mundo, añade Francisco Javier Gallardo, presidente del Radio Club Gaviota.

    Pese a las cifras, sigue habiendo quien quiere unirse al arte de las ondas; de vez en cuando, algún vallisoletano decide examinarse para obtener la condición de radioaficionado.